El acoso escolar o “bullying” consiste en el ejercicio de cualquier forma de maltrato físico, psicológico o social, que se practica de manera continuada verso un alumno o estudiando (víctima), por parte de uno o más individuos, normalmente alumnos o estudiantes (acosadores) del mismo centro educativo. Este comportamiento provoca un mal en la víctima que puede degenerar en trastornos psicológicos y/o físicos, y se ejerce por parte del/s acosador/s de manera voluntaria, consciente, y con la clara intención de provocar mal.
Ante este tipo de comportamientos la comunidad educativa, que engloba no solo formadores y profesionales de los centros, sino también a los alumnos e incluso a sus padres y madres, tiene que disponer de mecanismos de detección y de identificación, así como de planes concretos orientados a intervenir ante estas situaciones para detener de inmediato la práctica del *bullying, y reconducir positivamente las actitudes de los sujetos actores, restableciendo la integridad física, psíquica y moral de los alumnos que lo pueden estar sufriendo.
La mediación educativa permite ayudar en la tarea re-conductiva (una vez identificados estos comportamientos), pero también en su prevención a través de la creación de planes de formación y protocolos de actuación destinados a la totalidad de la comunidad educativa, que permitan la total sensibilización de los miembros del colectivo, así como la suya *co-responsabilidad y compromiso, a fin de generar un aprendizaje que, desde los valores y el respeto, permita prevenir la generación de este tipo de comportamientos y situaciones, preservando así la integridad de los alumnos, y otorgante mayores garantías sobre el sistema educativo de los centros.
Si necesitáis profundizar sobre estos asunto no dudáis al contactarnos y os asesoramiento profesionalmente.